sábado, 28 de junio de 2014

osteoporosis y leche de vaca



A veces se consume leche de vaca bajo la creencia que se evita la osteoporosis porque se ingiere calcio. Sin embargo hay mucho que decir. Veamos porque.

El calcio y los huesos

El calcio evita la deformación de los huesos (los endurece) y el colágeno evita su rotura ya que les da flexibilidad. Un adulto necesita por lo general entre 600-800 mg de calcio al día. Y para que el calcio se fije en el hueso hace falta colágeno y vitamina D.


Así que para la osteoporosis es vital fabricar el colágeno, ya que es donde se fijará el fosfato cálcico.
 


La leche de vaca no evita la osteoporosis

Un estudio de la OMS (2003) “Diet, nutrition and the prevention of chronic diseases” afirma que en lugares donde hay menor incidencia de fracturas de hueso no se ingiere tanto calcio y lacteos como en lugares donde hay una mayor incidencia de fracturas. En investigaciones como la del proyecto Cornelloxford-China de nutrición, salud y medio ambiente se tomó una muestra de 6.500 habitantes de 65 provincias de la China. Se observó que la leche animal desmineralizaba a los adultos y que las mujeres que no la tomaban y cuya dieta era arroz, vegetales y soja no padecían osteoporosis.  Lo que nos sugiere que la leche de vaca no evita la osteoporosis como podríamos pensar.

La osteoporosis se debe a la pérdida de calcio por:


1- Exceso de proteínas (especialmente animales). 

Según la OMS necesitamos un 12-15% de proteínas diarias del aporte calórico total, éstas tienen que estar repartidas en las comidas del día (no solo en una) porque no se almacenan. Desde el criterio naturista se recomienda que al menos el 70% de éstas proteínas sean de origen vegetal y el 30% animal. Aunque éstas indicaciones pueden variar en función de cada persona, por ejemplo según la edad, el estilo de vida, la salud intestinal y renal y el valor biológico de las proteínas. 



¿Que pasa con las proteínas que no necesitamos?

En el cuerpo no tenemos reservas de proteínas ni reservas de aminoácidos, por eso no hace falta comer muchas proteínas pensando en que se van a almacenar. 

Las proteínas solo duran 5 horas en la sangre y las que no se necesitan, el cuerpo -que le encanta reciclar- las usa para obtener energía. Hasta aquí parece muy bonito. Pero de ésta combustión se obtienen amoniaco y aminas que son muy tóxicas para el organismo, puesto que se transforman en urea en el hígado. Un apunte: no hay que confundir la urea con el ácido úrico, que viene de las purinas que se forman a partir de la adenina y la guanina de los ácidos nucleicos del interior de las células, de comer mucha carne, levadura de cerveza o soja. 

Volviendo a la urea, esta se elimina por la orina por los riñones que sufren si ésto se repite demasiado. ¿Pero como ha afectado al organismo? 

Sube el grado de acidez y sabemos que las enfermedades viven en medios ácidos mientras que no lo hacen en medios alcalinos. Ante ésta acidosis metabólica (acrecentada si no se comen frutas, verduras) , el cuerpo cede de sus propios minerales (calcio) para bajar el medio ácido a mas alcalino. ¿Adivináis de donde saca éstos minerales? 
Efectivamente, de los huesos.

Hay datos que revelan que el 50 % de las mujeres norteamericanas que padecen osteopenia u osteoporosis puede ser consecuencia de una dieta acida.

Por ello cuando tomamos un exceso de proteínas entre ellas puede ser la leche (que es muy nutritiva en éste sentido)y pobre en frutas y hortalizas, podemos perder calcio. Y ésto puede producir osteoporosis, osteopenia o debilidad muscular y envejecimiento prematuro. La acumulación de aminoácidos cuando hay un exceso de proteínas también puede dificultar el paso de nutrientes de la sangre a las células (microangiopatía).

Hay estudios en adultos que sugieren que cuando la ingesta proteica excede los 75 g/d, se produce un balance negativo de calcio, con mayores niveles de negatividad a medida que aumenta la carga proteica.


2- Déficit de magnesio





El segundo factor implicado en la osteoporosis es el déficit de magnesio. Sabemos que los abonos para los campos son pobres en magnesio por lo que el terreno va perdiendo éste mineral y no nos llega en los alimentos vegetales que consumimos. Además los fosfatos que ingerimos impiden su absorción. Las necesidades de magnesio varían en función de la persona y del tipo de alimentación que seguimos. Dietas ricas en vitaminas D, en calcio o fósforo necesitan aún más magnesio ya que se dificulta su absorción. En general se calcula que alrededor de un 80% de la población puede tener déficit de magnesio.

Lo encontramos en los huesos (70%), el sistema nervioso, para que las ordenes lleguen a buen puerto, para hacer frente al estres, sosegarnos y relajarnos. Interviene en el metabolismo de los glucidos, los lipidos. En la síntesis de proteínas, la secreción de la bilis, en la contracción del miocardio. Ayuda a asimilar y fijar el Calcio y la vitamina C, participa en la formación del colageno. Una fuente buena es el cacao puro, luego la soja, frutos secos, algas, avena, maíz.

Cuando falta se nota inquietud, ansiedad. Hipertensión arterial, taquicardia, hiperactividad, insomnio. Contracturas , sobrecargas y tensiones musculares, calambres, hormigueos, espasmos en el esófago, intestinos o estomago, hipo, falta de persitaltismo intestinal, cansancio por la mañana. 

 

3-Sedentarismo.

El tercer factor que predispone a la osteoporosis es el sedentarismo. Los huesos necesitan ejercitarse para no perder calcio y debilitarse. Un apunte: el calcio evita la deformación de los huesos y el colágeno es el que da flexibilidad al hueso y evita su rotura y también se necesita. Todo lo que el cuerpo ve que no necesita ni se ejercita fabrica lo justo, incluso cede y destina sus recursos a otras funciones. Simplemente con caminar un rato o  hacer actividades en las cuales el esqueleto tiene que aguantar su propio peso ya lo hacemos trabajar(la natación por ejemplo no estaría recomendada).

Desde un punto de vista naturista la leche de vaca aunque sea a un alimento muy nutritivo y proteico no se considera terapéutico ya que se relaciona con la grasa saturada, intolerancias a la caseína (que es su proteína) y a la lactosa (su azúcar) causando problemas digestivos, anemia ferropénica, alergias, inflamaciones y otras patologías. Por ello, debemos distinguir el Valor nutricional de un alimento y el Valor terapéutico.





http://www.scielo.org.ve/pdf/avn/v22n2/art07.pdf

Saludos! seguiré con el tema
;)


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